¿QUÉ ESTÁS BUSCANDO?

¿Estás buscando realizar grandes cosas, en lugar de tratar de convertirte en alguien grande?

Dando por hecho que eres un hijo de Dios, habiendo reconocido a Jesús como Señor de tu vida, sabrás que junto con la llegada del Espíritu Santo a tu corazón, te han sido concedidos "dones" o regalos de parte de nuestro Padre, que potencian tu vida de un modo sobrenatural. Muchos hermanos se quedan en esta etapa, deslumbrados con los dones recibidos, creyendo que es todo lo que Dios tiene para ellos, pero no es así y justamente hoy quiero que reflexionemos juntos sobre esto.

Dios te da dones porque te ama y es su forma sobrenatural de demostrártelo. Dándote lo que no mereces, como si lo merecieras. Pero Su anhelo es que tu mismo, habiendo recibido tanto, le preguntes de qué modo quiere Él que emplees este nuevo poder que has recibido. En definitiva, lo que Dios desea es que todos le busquemos para conocerlo íntimamente, como la única forma de poder llegar a amarlo como Él lo espera y merece.

Recuerda la advertencia que nos dejó:
(Oseas 4:6 LBLA) Mi pueblo es destruido por falta de conocimiento.

El andar de la mano del Señor por años, nos ha enseñado que no es difícil establecer una relación adecuada con Dios, a menos que no sea a Dios lo que buesques, sino sólo lo que Él pueda darte. Si te has quedado en la etapa del recibir de Dios y esperar que así siga por siempre, lamento confirmarte que no has alcanzado a comprender en absoluto lo que significa la "sumisión total a la perfecta voluntad de Dios". Has de tener mucho cuidado si esto te está sucediendo, pues lo que habitualmente hacemos ante este error, es forjar un cristianismo que se sustenta en nuestros propios criterios y hasta cometemos la barbaridad de formarnos un concepto de lo que es Dios, cuando la mente humana no tiene ni remotamente esa capacidad.

¿Estás buscando grandes cosas en tu ministerio?
¿Has dicho alguna vez: "Señor, llena completamente cada parte de mi ser con tu Santo Espiritu"?

Si el Señor no lo ha hecho, es sencillamente porque tu mismo no se lo has permitido, que es lo mismo que decir que "no estás completamente rendido a Él". Es más, estoy seguro que si buscas con detenimiento dentro de ti mismo, encontrás al menos una cosa (por no decir varias), que no has decidido hacer, cuando el Señor claramente te ha pedido que lo hagas. Recibe esta palabra de amor de parte del Señor. Busca en tu interior y hallarás la barrera que no te está permitiendo fluir en el amor de Cristo. Si la encuentras, también sabrás con seguridad que esa barrera no la levantará el Señor... esa es tu tarea.

Finalmente, recuerda que Dios siempre pasa por alto tu actual nivel espirutual en favor de tu plenitud final. Él ve lo que nosotros jamás podremos ver en este mundo (sí en el venidero, por la gracia de Dios !!!). Lo que Dios está haciendo permanentemente en cada uno de nosotros, Sus hijos escogidos, es obrando sin cesar para que alcancemos, al fin, Su perfección. Y ésto, hermano/a de mi corazón, no es otra cosa que oración respondida. ¿Tu oración? Podría ser, pero no me consta. Lo que sí tengo por seguro es que Dios está respondiendo la oración de Su Hijo Unigénito, nuestro Señor Jesús, cuando expresó:

Juan 17:22-23 LBLA
(22)
La gloria que me diste les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno:
(23) yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfeccionados en unidad, para que el mundo sepa que tú me enviaste, y que los amaste tal como me has amado a mí.

Y este es también nuestro deseo en este día para ti. Que encuentres al Señor que tanto te ama, que te despojes de la religiosidad que los hombres a veces (aún sin quererlo) imponemos a los demás, y sencillamente, tal como Él lo ganó para ti al precio de Su propia vida, te presentes ante Él así como estás ahora mismo, sin necesidad de tener que lavarte antes, pues Él es Quien quita el pecado y Quien puede y quiere restaurar tu vida y llevarla a un nuevo nivel de amor e intimidad. Después de todo, como alguna vez te he dicho, tu no puedes hacer nada tan bueno como para lograr que Dios te ame más de lo que ya te ama, ni nada tan malo como para que te ame menos.

Recibe todo nuestro amor, cuidado de ti y oración permanente. Te amamos sinceramente, en Cristo Jesús.

En su servicio, Daniel Liandro.
En todo tiempo ama el amigo,
Y es como un hermano en tiempo de angustia.
(Provervios 17:17)

 
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