AYÚDAME A DECIR "SI"

Me da miedo decir "si" ¿Adónde me acabarás llevando?
Me da miedo sacar la paja más larga,
me da miedo firmar la hoja en blanco,
me da miedo decir "si" que traerá cola.
Y con todo no puedo vivir en paz.
Tu me sigues, me cercas por todos lados.
Y yo busco el ruido porque me da miedo oírte,
pero tu te deslizas en el menor silencio.
Yo cambio de camino cuando te veo venir,
pero al fin de ese nuevo sendero TÚ me estas esperando.
¿Donde me esconderé? En todas partes te encuentro
¡No hay modo de escaparme de ti!

Hijo mío, Yo quiero más de ti y del mundo.
Antes tu me dabas tu acción, y eso no me sirve para nada-.
Tú me invitabas a bendecirla, me invitabas a sostenerla,
querías interesarme en tu trabajo.
Pero fíjate, al hacerlo, hijo mío, tu invertías el juego.
Yo antes veía tu buena voluntad, te seguía con los ojos,
pero ahora quiero más:
No se trata de que tú hagas tu acción, sino la voluntad
de tu Padre del Cielo.
Di "si", hijo mío.
Necesito tu "si" como necesité antaño el de María para venir al mundo porque
soy Yo quien debe meterse en tu trabajo, entrar en tu familia, en tu barrio,
Yo, y no tú.
Porque es mi mirada la que penetra y no la tuya,
es mi palabra la que arrastra.
Es mi vida la que trasforma, y no la tuya.
Dame todo, ponlo todo en mis manos.
Necesito tu "si" para seguir salvando al mundo.

Oh, Señor, tus exigencias me dan miedo, pero ¿quien puede resistirte?
Para que tu reino llegue y no el mío,
para se cumpla tu voluntad y no la mía,
ayúdame a decir "si".

(Enviado por: JHONNY M.R. - peruano)
Gracias hermano !!!

 

Si tu llamamiento viene de Dios, puedes tener por seguro que no podrás ignorarlo por siempre. Y tal es el grado de Su eterno amor por ti, que te ha dedicado estas Palabras para que lo recuerdes:

Salmos 139:7 (RVA)
¿A dónde me iré de tu Espíritu?
¿A dónde huiré de tu presencia?
8 Si subo a los cielos, allí estás tú;
si en el Seol {O sea, la morada de los muertos} hago mi cama, allí tú estás.
9 Si tomo las alas del alba
y habito en el extremo del mar,
10 aun allí me guiará tu mano,
y me asirá tu diestra.
11 Si digo: "Ciertamente, las tinieblas me encubrirán,
y se hará noche la luz que me rodea",
12 aun las tinieblas no encubren de ti,
y la noche resplandece como el día.
Lo mismo te son las tinieblas que la luz.
13 Porque tú formaste mis entrañas;
me entretejiste en el vientre de mi madre.
14 Te doy gracias, porque has hecho maravillas.
Maravillosas son tus obras,
y mi alma lo sabe muy bien.
15 No fueron encubiertos de ti mis huesos,
a pesar de que fui hecho en lo oculto
y entretejido en lo profundo de la tierra.
16 Tus ojos vieron mi embrión,
y en tu libro estaba escrito todo aquello
que a su tiempo fue formado,
sin faltar nada de ello.
17 ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos!
¡Cuán grande es la suma de ellos!
18 Si los enumerara, serían más que la arena.
Despierto, y aún estoy contigo.

En su servicio, Daniel Liandro.
En todo tiempo ama el amigo,
Y es como un hermano en tiempo de angustia.
(Provervios 17:17)

 
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