LAVA MIS PIES (Parte 3/3):

Antes de continuar leyendo (si es que no acabas de leer la primera parte de este estudio múltiple), te invitamos a que leas Juan 13:1-17 LBLA, te hará falta tener presente la Palabra de Dios al meditar en lo siguiente.

Sobre la HUMILDAD y la SANTIDAD ya hablamos en nuestros mensajes pasados. Hoy entramos en el último capítulo de esta serie que llamamos Lava Mis Pies.

LA HIPOCRESÍA:

Finalmente, la LECCIÓN DE HIPOCRESÍA, (hipócrita: falto de sinceridad, falso), como es público y sabido, se representa en la figura de Judas, el traidor, Judas Iscariote, quien no había creído en Jesús y por lo tanto NO ESTABA UNIDO CON ÉL.

Judas tenía la predeterminación de traicionar a Jesús y aún así, permitió que el Señor también le lavara sus pies. Y las personas que son como Judas, son tan buenos actores del papel que representan, que hasta engañan a sus hermanos con total y completa facilidad. Pero al Señor jamás podrán engañarlo.

A pesar de lo que acabamos de decir acerca de la HIPOCRESÍA y JUDAS, quiero respetuosamente destacar que muchos de nosotros somos HIPÓCRITAS sin llegar necesariamente a ser como Judas y traicionar a nuestro Señor como él lo hizo.

¿Por qué?

  1. Sencillamente porque jugamos a ser creyentes, pero no vivimos la fe cristiana. Por eso el Señor nos advierte: (Santiago 1:22 LBLA)  Sed hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan a sí mismos.
  2. Porque hablamos y no hacemos. Y Él nos dice: (Santiago 2:26 LBLA)  Porque así como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin las obras está muerta.
  3. Porque preferimos escuchar antes que estudiar La Palabra y el Señor nos pide (1Tesalonicenses 5:21 LBLA)  Antes bien, examinadlo todo cuidadosamente , retened lo bueno;
  4. Porque es más fácil que otro se tome el tiempo de organizar la iglesia antes que yo pierda mi valioso tiempo para disfrutar haciendo lo que se me venga en gana; pero el Padre nos dice: (2Tesalonicenses 3:10 LBLA) … Si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma.
  5. Porque la responsabilidad de ser cristiano es grande, e implica el comprometerse con el Cuerpo de Cristo, con cada uno de mis hermanos, y esto, muchas veces significa tener que meterme en el mismo chiquero en el que mi hermano cayó para ayudarlo a salir de allí.

¿Exclamará Ud? … Como !!!!... yo..., un cristiano santo e inmaculado voy a ir tan bajo. Lo siento mucho… que mi hermano se avergüence, se arrepienta y clame a Dios y seguramente el Señor lo sacará del pozo en el que cayó. Después de todo, se merece lo que le pasa. Fue su decisión. 

Quien así piense, tenga algo por seguro: Dios es el Único Fiel y Verdadero y sin duda alguna sacará a esa persona del pozo, pero lo que hubiese preferido es que la saque Ud. y así conozca más del Señor que habita en su corazón.

Resumiendo: ¿Sabe por qué le digo que somos hipócritas?

Sencillamente porque no lavamos los pies de nuestros hermanos como el Señor nos mandó hacerlo.

Por eso no somos felices, no encontramos el gozo que el Señor dice que ES NUESTRO.

Hermanos, lamentablemente, a juzgar por los frutos que estamos cosechando, escasos y miserables, tenemos por seguro que otra vez más el diablo nos ha robado.

Yo no puedo hablar por Ud., pero personalmente, estoy harto de que me roben.

Por eso le digo hoy, permítame lavarle los pies.

Déjeme hacer lo que el Señor espera de mi.

Pero no venga solo a recibir. Venga también a dar. Quítese su manto (despréndase de lo que le molesta para servir), tome su toalla y venga a lavar los pies de los hermanos como Dios manda.

Ah… una advertencia final… Si acaso viene a lavar los pies de los demás, recuerde que antes de traer su ofrenda al altar debe de buscar al hermano con quien tiene una cuestión pendiente y ofrecerle o aceptarle su disculpa:

Mateo 5:23-24 LBLA
(23)  Por tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar, y allí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti,
(24)  deja tu ofrenda allí delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.

Si eso está hecho, sea bienvenido al GOZO DEL SEÑOR.

En su servicio, Daniel Liandro.
En todo tiempo ama el amigo,
Y es como un hermano en tiempo de angustia.
(Provervios 17:17)

 
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